Resinera

Universitario

Albergue universitario en la resinera de Arena del Rey

Año: 2024

Tipo: Arquitectura, Universitario

Área: 400m²

Estado: Propuesta concurso



En el corazón de la comarca de Alhama, en Arenas del Rey, Granada, donde los pinares susurran historias de un pasado industrial, se alza el proyecto de la nueva Estación Biológica de Campo, un refugio académico y científico concebido en la antigua nave aserradero de la Resinera. Este enclave, testigo de la extracción resinosa que marcó la región desde finales del siglo XIX, se transforma ahora en un espacio de 400 m² que entrelaza la memoria patrimonial con las demandas de la investigación y la docencia contemporáneas. La intervención, liderada por el estudio Berenguer-Samos, no solo restaura la estructura histórica, sino que la proyecta hacia el futuro como un nodo de conocimiento en armonía con su entorno natural.

La propuesta arquitectónica se ancla en la conservación de la nave original, cuya volumetría, definida por cerchas de madera “castellanas” de gran altura, se erige como protagonista del diseño. Estas estructuras, vestigios de su función primigenia como aserradero, se restauran minuciosamente para preservar su valor espacial y patrimonial, mientras una cubierta ventilada de paneles sándwich de madera y teja cerámica las protege, integrando estrategias de sostenibilidad que reducen la huella energética. La materialidad se nutre del lugar: la madera de pino local, presente en los bosques circundantes, se emplea en módulos prefabricados de CLT que configuran los espacios interiores, dotándolos de calidez y eficiencia térmica, mientras el hormigón y el acero complementan una estética industrial que dialoga con el legado de la Resinera.

El programa funcional se organiza en tres ámbitos interconectados que responden a las necesidades de sus usuarios: los espacios comunes, con un vestíbulo-comedor y sala de estar bajo la imponente cercha restaurada, actúan como corazón social del edificio; las áreas docentes, con un aula para 40 personas y un laboratorio equipado, se abren al exterior para fusionar la teoría con la práctica en el paisaje forestal; y los dormitorios, distribuidos en módulos para alumnos y profesores, ofrecen un refugio íntimo y confortable. La entrada, a través de un porche rehabilitado, conecta el interior con el entorno mediante una rampa accesible y paneles móviles que flexibilizan la relación con el exterior, mientras una chimenea central en el comedor aporta un foco de domesticidad y cohesión.

La distribución espacial respeta la escala monumental de la nave, utilizando carpinterías acristaladas y trasdosados de madera para compartimentar sin sacrificar la percepción de su amplitud original. Las instalaciones, visibles en parte, refuerzan el carácter industrial, mientras sistemas como la ventilación cruzada, la aerotermia y el tratamiento de aguas reflejan un compromiso con la autonomía y la sostenibilidad. El resultado es un paisaje interior que oscila entre lo rústico y lo contemporáneo, un lugar donde la madera, la luz y el aire se entrelazan para crear una atmósfera propicia al aprendizaje y la contemplación. Así, la Estación Biológica de Campo no solo reinterpreta el pasado de la Resinera, sino que se proyecta como un referente universitario, un espacio vivo entre el bosque y la ciencia, entre la historia y el porvenir.